En el extremo norte

(Cabo Ortigal, Ortigueira, Estaca de Bares, Playa de Esteiro)

El día amanece gris y me da la impresión de que sigue esa fina capa o velo que resta nitidez al paisaje. Yo lo veo igual que ayer. Resignada por que al fin y al cabo esto es Galicia, ponemos rumbo de nuevo a  Cariño y la garita de herveira (43º43'24.39 N:7º56'45,34O) ya que parece que la niebla no cubre hoy esas cimas.
 Iniciamos el ascenso pronto y los pinos dejan paso a un paraje donde la única vegetación son esas plantas rastreras de pinchos.  Pero a tan  solo 700 m de nuestro destino aparece de nuevo la temida niebla. Llegamos a la garita y la densidad es tal, que nos vemos obligados a dar  la vuelta sin bajarnos. La visibilidad llega a tan solo 100 metros  así que  decepcionados una vez más, ponemos rumbo al faro de Ortigueira por una estrecha carretera interior que nos va mostrando en varios miradores unas espléndidas vistas de Cariño y su hermosa bahía.

 Al fondo de una estrecha carretera que casi da vértigo, aparece solitario el faro del cabo Ortigal. A excepción de un turismo estamos solos. Podemos contemplar los impresionantes acantilados O Limo a nuestra izquierda,  y lo que es la punta de Bares a nuestra derecha. De frente, los tres Aguillons que ya citaba Tlotomeo 19 siglos atrás, emergen puntiagudos y amenazadores. Impresionante lugar de una belleza agreste y salvaje.

Frente a este faro pasan cada año la mayoría de las aves marinas europeas que migran por miles resultando un espectáculo natural. Este trozo de escarpada costa ha sido catalogado por la Unión Europea como lugar de interés comunitario por su singularidad morfológica e interés geológico.


Dejamos atrás el faro  y de camino a Cariño paramos en una fuente para rellenar el depósito. Pero su altura era inferior al depósito de la autocaravana, lo que únicamente permite  el paso de un hilito de agua, así que para no eternizarnos en la maniobra, llenamos sólo las botellas. Ahora nos quedaba vaciar el váter y hasta Burela, cuya llegada está prevista para mañana, no había ningún área de servicio, aunque confiamos en algún camping y en caso de necesidad, alguna gasolinera.

Ahora nos dirigimos hacia Ortigueira, enclavada en un entorno natural privilegiado.  Aparcamos junto al puerto para dar un breve paseo por el pueblo. Pero éste se alarga ya que encontramos una improvisada  y entusiasta guia que, además, está muy bien informada y  nos habla de su ciudad. Así, perdidos entre sus calles donde se respira un atractivo aire pescador, llegamos hasta el cementerio desde donde se contemplan unas estupendas vistas de toda la ría,. Frente al núcleo está un importante ecosistema dunar y una marisma integrada como ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves).

De regreso nos detenemos en la plaza principal, en la iglesia de Santa Maria. Es un antiguo convento del siglo XVIII y en su interior destacan dos estupendos retablos barrocos. Nuestra improvisada guía llama nuestra atención sobre el que se encuentra en el lateral izquierdo ya que  encima de la imagen de la visitación de Santa Ana aparece una representación de cuerpo entero de Dios, cosa muy extraña en la imaginería. Luego visitamos el claustro del Ayuntamiento que anteriormente fue un monasterio,  para terminar en el puerto, en dos edificios de piedra, uno actual mercado y que antes fue cárcel, y el otro convertido en  biblioteca.
 
Desde aquí pusimos ya rumbo hacia Estaca de Bares circulando de nuevo por carreteras estrechas haciendo una breve parada en el mirador de la Garita de Vela, en Espasante, desde el que se contemplan unas hermosas vistas.








Tras una rectilínea carretera que se alarga a través de un páramo, aparece el faro de Estaca de Bares, con varias construcciones alrededor y un  aparcamiento con muchos turismos.

Un paseo algo accidentado y no accesible para carritos de coches de niños, nos acerca a la punta más septentrional de la península, además divisoria entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico y contemplando este hermoso paisaje permanecemos una rato.

Leo que es un lugar ideal para observar no solo aves, como el alcatraz, sino también cetáceos.


Luego la hora  tardía nos obliga a comer allí y tras un brevísimo descanso ponemos rumbo hacia el “semáforo de Bares” por una carretera distinta a la que nos trajo. Ascendimos por una pronunciada pendiente y, como no,  estrecha carretera y  tras dejar las ruinas de unas instalaciones militares americanas, terminamos  en un aparcamiento. El semáforo de bares es un pequeño hotel de naturaleza encaramado en la punta de una cima desde el que se contemplan unas más que espectaculares vistas  sobre la Isla Coelleira, Viveiro y su ría, y Bares, en un giro de casi 360º y que es muy visitado por aficionados a la ornitología .


Descendemos por otra carreterita e intentamos encontrar algún sitio donde descargar el water ya que en el navegador nos aparece un posible punto de pernocta en el puerto de Bares. Pero tras llegar aquí, que  por cierto es  un bonito y tranquilo lugar, una señal de prohibición de autocaravanas nos obliga a dar la vuelta inmediatamente.

Rumbo a Viveiro. Pero es en Vicedo donde vemos una señal de desagüe de autocaravanas junto al anuncio de “Naútica Vicedo”. Continuamos nuestro camino, pero vuelve a aparecer, así que decidimos dar la vuelta en su busca. La señal también hace referencia a la “bodeguita del puerto”. Ya en el puerto, preguntamos en un quiosco y nos dirigen hacia una grúa que está maniobrando para poner un barco en el agua.  Tras la espera en que observamos con curiosidad las maniobras, nos dirigen a un punto donde descargamos el water. Acabamos de tener el honor de inaugurar esta área o para ser más exactos, punto de servicio.  Están muy desorientados en cuanto a tasas y todo lo que rodea nuestro “mundillo”, por lo que suponemos que es un servicio que dan a los barcos y que han decidido darlo también a las autocaravanas, así que les facilito algunas páginas web donde publicitarse  e informarse.  En agradecimiento deciden no cobrarnos. Es únicamente un área de servicio, no de pernocta. (Coordenadas aproximadas: N 43344’17.79”;O 7º40’29,99”)

Cayendo la tarde llegamos a Viveiro. Accedemos a su importante casco histórico por la puerta de Carlos V, también conocida como la puerta mayor o porta do Castelo, la más importante de las tres puertas que quedan de la antigua muralla medieval que durante el siglo XVI la protegió de los ataques de piratas.A estas horas sus calles están inundadas de gente que circula por sus callejuelas llenándolas de vida y color conviertiéndola en una ciudad animada y bulliciosa.

Pero dejando atrás su  hermosa plaza mayor, nos perdemos por sus estrechas calles que nos hacen retroceder en el tiempo. Descubrimos su iglesia románica, la de Santa María, y el convento de San Francisco en rincones tranquilos ajenos a la agitación que habíamos dejado atrás. No deja de llamarnos la atención las  "casas de remo" llamadas así porque su ancho no era mayor al de un remo.
Procedentes de nuestro reposado paseo por el "pasado", regreseamos de nuevo a la plaza mayor donde el ir y venir nervioso de sus gentes nos regresan súbitamente al presente. Dejamos el casco histórico por donde entramos y la hora nos obliga a comenzar nuestra búsqueda de un lugar tranquilo donde pasar la noche. Tras un fallido primer intento, lo encontramos sin mayor dificultad.
Ahora nos encontramos  en la  playa  de Esteiro (43º42.657N;7º33.345O). Aunque estamos solos, hay casas cercanas y nos sentimos seguros, por lo que decidimos quedarnos. Es un lugar llano  y tranquilo. Decidimos dar un paseo hasta la playa. El acceso se hace a través de una especie de obra faraónica de granito, una especie de balcón asomado a la playa con un paso inferior. Nos preguntamos por el costo de tal obra, únicamente en materiales. Además, estéticamente tiene un gusto dudoso y también cuestionaría su utilidad.

La playa, como todas, muy hermosa. De arenas blancas y aguas limpias, tranquilas y transparentes. Mientras damos un paseo, vemos llegar una capuchina que decide instalarse junto a nosotros, aunque sin cumplirse la “ley de barco anclado”, es decir, dejando una distancia más que prudencial entre ambas para no molestarnos. Nos vamos a dormir pronto.

Alguna imagen más

 Desde Cabo Ortigal
 Ortigueira
 Garita de Vela
 Desde la Garita de Vela
 Faro de Estaca de Bares

 Desde el "semáforo de Bares"
 Viveiro
 Playa de Esteiro
Anterior
("Por playas y acantilados")
Siguiente
        ("El mar esculpe la piedra")
  (Ir a la parte inferior izquierda de la página)